Providencia—no cabe otra suposición—vino á ponerle en contacto inmediato con Cardenales, Patriarcas y otros Príncipes de la Iglesia ó Ministros del Señor, domiciliados en los diversos estados de América, en China, el Japón, la India, Polinesia, Grecia, Turquía, ó en más apartados lugares in partibus infidelium, reunidos en el Concilio del Vaticano el año 1870. Aprovechando tan rara asamblea, fué redactada en latín una postulación que había de dirigirse colectivamente al Pontífice, suplicando por vía de excepción el proceso del Revelador del globo, sin perjuicio de hacer la moción pública en una de las sesiones del Concilio. El Conde de Roselly, infatigable en su piadosa tarea, trazó para ilustración de los Obispos un nuevo libro, en que, bajo el título de El Embajador de Dios bosquejaba los rasgos principales de la vida cristiana de Colón, explicando el carácter sobrehumano de la misión que cumplía; vocación, noviciado, grado heróico á que llevó la práctica de la prudencia, justicia, fortaleza, templanza, pobreza, castidad, humildad; de todas las virtudes; milagros en vida y muerte y misteriosas afinidades entre la resurrección de su
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Apariencia