Señores:
Quien observe a la naturaleza en sus grandiosos caprichos orográficos, tendrá ocasión de ver como, entre las cadenas de montañas que se destacan, erguidas y soberbias, por su elevación entre el levantamiento general que les sirve de basamento plutónico, existen, en cada sistema de cordillera, alguno de esos picos que parecen desprenderse de entre las altas cumbres, hendir el espacio, y destacar su nívea cabellera en el fondo azul del cielo.
Observando el mundo moral, encuéntrase repetido el mismo fenómeno del mundo físico. En efecto, entre la gran cadena de intelectualidades que en cada país forman verdaderos sistemas de pensadores, existen algunas eminencias que constituyen las altas cumbres del pensamiento científico, filosófico y político y de entre las cuales sobresalen uno que otro pico que vuelan a una