nos han puesto en el conflicto de castigar con el último suplicio padres de familias numerosas.
Ellos han compelido á nuestros hermanos é hijos á tomar armas contra nosotros; y formando exércitos de los habitantes del pais, al mando de sus oficiales, los han obligado a combatir con nuestras tropas. Ellos han excitado insurrecciones domésticas, corrompiendo con dinero y toda clase de trámas á los moradores pacificos del campo, para envolvernos en una espantosa anarquia, y atacarnos divididos y debilitados.
Ellos han faltado con infamia y verguenza indecible á quantas capitulaciones les hemos concedido en repetidas veces, que los hemos tenido debaxo de la espada: hicieron volviesen á tomar las armas quatro mil hombres, que se que rindieron con su general Tristan en el combate de Salta, á quienes generosamente concedió capitulacion el general Belgrano en el campo de batalla, y mas generosamente se las cumplió, fiando en la fé de su palabra.
Ellos nos han dado á luz un nuevo invento de horror envenenando las aguas y los alimentos, quando fueron vencidos en la Paz por el general Pinelo; y á la benignidad con que los trató éste, despues de haberlos rendido á discrecion, le correspondieron con la barbarie de volar los quarteles que tenian minados de antemano.
Ellos han tenido la bajeza de incitar á nuestros generales y gobernadores, abusando del derecho sagrado de parlamentar, para que nos traicionasen, escribiendoles cartas con publicidad y descaro á este intento. Han declarado, que las leyes de la guerra observadas entre naciones cultas no debian emplearse con nosotros; y su general Pezuela, despues de la batalla de Ayouma, para descartarse de com