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barazadas las afenciones del Congreso para emplearlas En el principal objeto de su mision.

Quando nos diputasteis, ciudadanos, á la formacion de este Congreso Soberano, bien penetrados estabais sin que una constitucion permanente no podia entrar el estado en la lista de las naciones, ni llamarse libre y feliz. En efecto, ¿ que otra cosa es la constitucion política de un estado, sino ese solemne pacio social que determina la forma de su gobierto, asegura la libertad del ciudadano, y abre los cimientos del reposo público? Desde luego no habriamos desempeñado los sagrados deberes de nuestro encargo, si en la que al presente ós alargamos, no vieseis en accion ese derecho incontestable de los pueblos para elegirse la mejor elhanging og En un asunto en que empeñaron todo su saber los Licurgos, los Solónes los Platones y Aristóteles, creyeron vuestros representantes que sin el socorro de la historia, de la política, y del cotejo de las mejores constituciones iban expuestos á traicionar toda vuestra confianza. Asi es que para evitarlo, acercandose á éstas fuentes púrás hán sacado los principios, que rigen las sociedades póliticas y los han acomodado al pacto social que vais á jurar.

Seguramente podemos decir con igual derecho, que de la cia una sabia pluma en su caso, que presente constitucion no es: ni la democracia fogosa de Atenas, ni el régimen monical de Esparta, ni la aristocracia patricia ó la efervescencia plebeya de Roma, ni el gobierno absoluto de Rusia, ni el despotismo de la Turquia, ni la federación complicada de algunos estados. Pero es sí un estatuto que se acerca á la perfeccion: un estado medio entre la convulsion democrática, la injusticia aristocratica, y el abuso