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A. RIVERO
 

Guerrilla montada.—Tenientes, dos; sargentos, dos; cabos, cuatro; soldados, 40.

Ciclistas.—Tenientes, uno; sargentos, dos; cabos, dos; voluntarios, 10. Total general: 1.129 hombres.»

Tiradores de Puerto Rico.—El batallón de Tiradores de Puerto Rico estuvo durante toda la acción en el paseo de la Princesa, al resguardo del murallón contiguo al presidio. Era jefe de este Cuerpo el teniente coronel Leopoldo Fajardo, y comandantes, Vicente Balbás y Francisco Bastón. Alguna compañía del mismo ocupó, durante la última parte del combate, los fosos de San Cristóbal, donde también concurrió el comandante Bastón.

Escolta del gobernador.—La escolta del gobernador, al mando de su capitán Ramón Falcón, uno de los hombres más valientes que ha perdido Puerto Rico, desde el primer instante acudió al palacio de Santa Catalina, y fué colocada detrás de éste, en la batería de Santa Catalina; pero como dos proyectiles de la escuadra cayeron en las inmediaciones, un jefe de Estado Mayor ordenó que formase en la calle de la Fortaleza, sitio inmediato al hospital de la Concepción, y allí permaneció hasta las diez de la mañana, en que el general Macías dispuso que todos se retirasen a sus casas.

Ciclistas.—Pertenecían al batallón de Voluntarios, y eran 17 jóvenes, casi todos de familias prominentes, al mando del entusiasta teniente, y entonces rico comerciante, Francisco Álamo; fué segundo jefe de esta sección Ángel Suárez. Estos muchachos, en sus máquinas, corrían en todas direcciones, desde San Cristóbal, donde estaba centralizado el Mando de la plaza, hasta el Morro y San Jerónimo, y a los demás sitios de peligro. Entregaron durante las tres horas del combate 87 órdenes escritas, mereciendo por su conducta valerosa y arrojada el ser citados en la Orden del día[1].

Bomberos.—Al romper el fuego la escuadra de Sampson, el Cuerpo de Honrados Bomberos, de San Juan, se echó a la calle, de uniforme y con su material de incendios; una buena parte de ellos, que eran auxiliares de Ingenieros, corrió a Casa Blanca, y allí se puso a las órdenes del coronel Laguna; otra, como retén, patrullaba por calles y recintos, extinguiendo tres fuegos, producidos por proyectiles enemigos, tan pronto se iniciaron.

Guerrilla montada de Voluntarios.—Esta fuerza formaba parte del batallón de Voluntarios; componíanla 42 hombres, montados en caballos de su propiedad, como también lo eran su equipo y armamento, exceptuando las tercerolas y cartuchos, que les fueron entregados por las autoridades.

Mandaba dicha sección Pedro Bolívar, joven popular, valiente y entusiasta; en mis

  1. El Boletin Oficial de la Unión Velocipedica Española, al ocuparse de los servicios que prestaron los ciclistas de San Juan el día 12 de mayo, durante el bombardeo, le dedicó grandes y merecidos elogios, haciendo constar que es la primera vez que los ciclistas demuestran, en una función de guerra, la eficacia de su intervención. Añade dicha revista que los tripulantes del vapor Miguel M. Pinillos, que, a mediados de agosto del mismo año, arribó a La Coruña, se expresaron en términos muy laudatorios de la referida sección ciclista.—N. del A.