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CRÓNICAS
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También tengo informes de que hay muchas lanchas de gran tamaño en Ponce y Guánica y algunos buques de vela que podrían sernos útiles. Siempre es juicioso no hacer lo que el enemigo espera que uno haga; por tanto, creo prudente, después de doblar el extremo Noroeste de Puerto Rico, seguir inmediatamente a Guánica; desembarcar allí y continuar a Ponce, la población más importante de la Isla. Después o antes de que esto se realice, recibiremos grandes refuerzos que nos permitirán operar en cualquier dirección y ocupar una parte de la isla de Puerto Rico.

Sus buques de mayor porte pueden cubrir el desembarco en los puertos citados y capturar, además, las embarcaciones que se encuentren en ellos y en otros parajes de la costa Sur; un buque ligero debe situarse en las Cabezas de San Juan para notificar el nuevo rumbo a los transportes que han de llegar, practicando, al mismo tiempo, servicio de vigilancia, escucha; otro buque debe enviarse al extremo Noroeste de la Isla para interceptar a los otros transportes y dirigirlos a Guánica.

Muy respetuosamente,
Nelson A. Miles,
Mayor General, Comandante del Ejercito
de los Estados Unidos.

Capitán Francis J. Higginson, comandante de las fuerzas navales del convoy.

Esta carta no obtuvo respuesta, y al día siguiente, por la tarde, el general Miles comunicó por señales al Massachasetts que deseaba pasar a bordo, como lo efectuó, acompañado de su jefe de Estado Mayor, y expuso al capitán Higginson que definitivamente había desistido de abordar la Isla por Fajardo, punto de desembarco (según plan de campaña de Sampson y Miles aprobado por el secretario Alger), y que optaba por tomar tierra en Guánica, puerto que, una vez capturado, le permitiría dominar a Ponce. Dijo que apoyaba su opinión en noticias adquiridas en Puerto Rico por el capitán Whitney, quien le había asegurado que el plan de desembarco era conocido por el general Macías y que éste, bien prevenido, había concentrado todas sus fuerzas cerca de San Juan, y añadió que en el Este no había lanchas para el desembarco, de las cuales carecía la expedición, y sí en Guánica y Ponce.

Arguyó Higginson, negándose a variar el rumbo, toda vez que un desembarco cerca de Fajardo podía ser apoyado por los buques que, arrimándose a la costa, la barrerían con sus cañones, lo cual no era posible en Guánica, por ser éste un puerto cerrado, no visible de alta mar, y cuyo sondaje no conocía, por carecer de cartas hidrográficas de la costa Sur. Replicó Miles que él tenía excelentes informes respecto a Guánica, que no había baterías ni minas y que sus noticias eran recientes, y volvió a repetir que después de Guánica tomaría a Ponce, puerto que serviría a la escuadra como una excelente base, y además apoyaría un avance sobre San Juan, siguiendo el Camino Militar que atraviesa la Isla de Sur a Norte; manifestando, por último, que en aquella costa Sur los habitantes eran muy desafectos a España y que seguramente ayudarían a las operaciones.