guerrilla montada y el batallón de Voluntarios, 500 hombres, de los cuales sólo dos terceras partes tomaron las armas, una sección de la Guardia civil y Otra de Orden público completaba el conjunto de las fuerzas defensoras. Después de su conferencia
con el cónsul Toro, el comandante militar de Ponce dirigió al general Macías el siguiente telegrama:
Comandante Militar de Ponce al Capitán General.
Escuadra americana, fondeada en el puerto, amenaza bombardear playa y ciudad. Descontadas fuerzas enviadas a Guánica y Tallaboa, sólo tengo tres compañías de Patria, voluntarios y guerrilleros. Ruégole remita instrucciones. Me he negado a recibir parlamentario que ha desembarcado.
El general Macías sólo contestó con estas palabras: «Cumpla usted con su deber.»
Poco después se recibió por el cuerpo consular la respuesta a su telegrama, respuesta que decía así:
Capitán General a Vicecónsul inglés. Ponce.
No tengo autorización para parlamentar con los americanos. Lamento, como amante de Puerto Rico, los destrozos que el enemigo pueda hacer en una guerra que nosotros no hemos buscado. Ponce y todo el territorio serán defendidos por cuantos