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A. RIVERO
 

1. Se permitirá retirarse a toda la guarnición.

2. El Gobierno municipal de Ponce continuará en sus funciones. Los bomberos. y Policía municipal (sin armas) mantendrán el orden hasta que desembarquen las- fuerzas de ocupación.

3. El Capitán de Puerto, único oficial español presente en la playa, no será considerado prisionero.

Este convenio fué firmado por el comandante Davis y por Fernando M. Toro^ en su calidad de vicecónsul de Inglaterra y encargado de Negocios de los Estados- Unidos, representando, además, al comandante militar de Ponce.

Satisfecho, en extremo, de sus gestiones, volvió a la ciudad, y una vez en ella, se enteró, con asombro, de que el general Macías había anulado su último telegrama,, destituyendo al coronel San Martín, y ordenándole entregara el mando al teniente coronel de la Guardia civil Julián Alonso, quien tenía órdenes de resistir a todo trance. El mismo general Macías comunicó al destituido jefe que marchase, inmediatamente,, al pueblo de Aibonito, donde debía esperar nuevas instrucciones.

Toro, Fritze y Graham; Pedro Juan Rosalí, cónsul de Holanda; el alcalde de la ciudad, Ulpiano R. Colón, y Pedro Juan Fournier, todos juntos, obtuvieron nueva prórroga del comandante Davis, toda vez que el plazo convenido había expirado; entonces el primero de ellos, y a nombre del cuerpo consular, dirigió este nuevo telegrama:

Vicecónsul de Inglaterra a Capitán General de Puerto Rico. Ponce, julio 27, 189^. 12 noche.

Enterados los cónsules, comisionados por el coronel San Martín para arreglar con las fuerzas americanas una honrosa capitulación de Ponce, de la determinación de V. E. de no respetar la palabra de honor de su representante en esta ciudad, tenemos que manifestarle que no es posible quedemos en ridículo, y que su determi- nación menoscaba nuestros prestigios. No podemos asumir la responsabilidad de loque ocurra después de habernos comprometido, bajo palabra de honor, con el Comandante de la escuadra americana, anclada en este puerto, palabra de honor, que dimos por haberla recibido de su representante aquí, quien estaba en el ejercicio de todas sus funciones, como tal Comandante militar de Ponce, al manifestarnos que tenía autorización de V. E. para capitular.

Nos vemos en el caso de dar cuenta inmediatamente a nuestros respectivos Gobiernos de este hecho inusitado, toda vez que nuestras gestiones se apoyaron en la pa- labra de honor de un Coronel del Ejército español. Comandante militar de una plaza y representante del Capitán General de la Isla.

La misión que aceptamos, y el resultado de nuestras gestiones, fué anterior a la destitución del coronel San Martín, según pruebas que tenemos en nuestro poder^ Pedimos a V. E. que confirme lo pactado por nosotros, a nombre del coronel San Martín, y pedimos, además, una respuesta inmediata, por ser éste un caso urgente-

Toro, Vicecónsul de Inglaterra.