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A. RIVERO
 

ción (aunque encerrada entre una red de caminos flanqueadores), llevó a ella, para toda defensa, las fuerzas siguientes: dos compañías del batallón Cazadores de Patria y su guerrilla montada; otra compañía del mismo Cuerpo, que, desde Adjuntas, y por veredas casi impracticables, llegó a Aibonito; dos compañías y la guerrilla montada del 6.° Provisional, al mando del teniente coronel de dicho Cuerpo, Castillo, y de los comandantes Ancas y Nouvilas; las compañías de este Cuerpo estaban al mando de los capitanes Lara y Laserna. El capitán Carlos Aguado era el ayu-

Lomas del Asomante, vistas desde la carretera central.

dante, y la Sección de Orden Público que se había retirado de Ponce estaba a cargo del de igual empleo José Adsuar Boneta.

Con los Guardias civiles y algunos policías se organizó una compañía provisional; y otra, agrupando los voluntarios del 9.º batallón, quienes, al mando de su teniente coronel Dimas de Ramery y del comandante Enrique Montes de Oca, no habían abandonado sus banderas después de aquella retirada.

La defensa de artillería de tan formidables posiciones consistió solamente en dos piezas Plasencia, de montaña, de ocho centímetros, al mando del capitán del Cuerpo, Ricardo Hernáiz, que tenía a sus órdenes al segundo teniente, Belmonte, de la Escala de Reserva.

Total: según Justificante de Revista, que tengo en mi poder, 1.280 infantes, 70 caballos y dos cañones con 40 disparos por pieza (incluyendo los cuatro botes de metralla reglamentarios).