Las posiciones ocupadas fueron dos: una, la más inmediata al pueblo de Aibonito, Cerro de San Gervasio, y la segunda, Cerro Colón, y ambas sobre el Asomante. En la primera había algunas casas de campesinos que utilizaron como alojamiento los jefes y oficiales.
Aunque las posiciones mencionadas habían sido escogidas por el Estado Mayor,
después de minuciosos reconocimientos, muy poco se hizo para aumentar su valor defensivo; en las alturas de ambos cerros, y a media ladera, se excavaron algunas zanjas, donde se guareció la infantería; y en lo más alto del Asomante, y sobre una loma desde donde se divisan hacia abajo algunos kilómetros de la carretera, los artilleros del capitán Hernáiz construyeron una ligera batería de campaña, a la que más tarde se le adicionaron fosos para resguardar los sirvientes.
Las obras semipermanentes que debieron y tuvieron tiempo sobrado de construír los ingenieros y sus auxiliares brillaron por su ausencia.
Las municiones para la infantería eran escasas; no hubo asomo de tiendas de campaña ni barracones para cubrirse de las frecuentes lluvias; no había ambulancias, médicos, cocinas ni servicio sanitario de clase alguna; el agua se conservaba en barricas,