y Camó nunca fueron mis amigos. Usted los conoció mejor que nadie. Yo sé que el último, con sus injusticias, fué una de las causas de que usted tronchase su carrera militar. ¿Quién no conocía en esa Isla el carácter atrabiliario del coronel D. Juan Camó? Todos recordarán, seguramente, sus muchos vicios y sus pocas virtudes. No culpo al general Macías de lo mucho que hizo contra mí; él era un valeroso y noble militar; no fué él responsable de lo mal que se emplearon las fuerzas y elementos para defender a Puerto Rico; culpa fué de la camarilla que le rodeaba.
El coronel San Martín, en Ponce, y yo en Mayagüez, sufrimos vejaciones y ofensas como usted no puede figurarse.
No olvide mandarme un ejemplar de su libro cuando esté editado. Me consta que usted tiene datos para esta historia que a muchos quitará el sueño; pero también sé que usted escribirá sólo la verdad.
Soy suyo afectísimo amigo q. b. s. m.,