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A. RIVERO
 

cano, estaba autorizado para rogar a todas las autoridades que continuaran en el desempeño de sus cargos, previo juramento de fidelidad a la nueva bandera. En la calle, un grupo de gente revoltosa daba mueras a España, con otras expre- siones ofensivas para la bandera de aquella nación. Entonces el juez, Antonio R. Barceló, tomó la palabra haciendo las siguientes manifestaciones que, aquel mismo día, se consig- naron en un acta ¹. He aquí su contenido: ACTA DE LA LLEGADA DE LAS FUERZAS AMERICANAS A FAJARDO POR PRIMERA VEZ En el pueblo de Fajardo, isla de Puerto Rico, a las ocho de la noche del día 5 de agosto de 1898, reunidos. la Casa- Ayuntamiento los señores que componen el mismo y autorida- des de esta localidad, bajo la presidencia del doctor Santiago Veve, éste, tomando la palabra, manifestó: «Que habiendo sido ocupada la población por tropas ameri- canas en la tarde de hoy, fué nombrado gobernador del De- partamento, con amplia facultad para la dirección del mismo; que los acontecimientos que se ha- bían desarrollado y las causas que a ello contribuyeron eran


D. Antonio R. de Barceló, juez de Fajardo, hoy presidente del Senado de Puerto Rico y jefe del partido de la mayoria en dicha isla.


bien conocidas de todos los presentes; que él, interpretando los deseos del jefe de las fuerzas americanas, rogaba a todos que continuasen en el desempeño de sus cargos, para evitar entorpecimientos en el desempeño de las funciones administrativas; pero que, no obstante, dejaba a su libre elección el que las autoridades y concejales siguie- ran o no en sus puestos.>> Usó de la palabra el juez municipal, don Antonio R. Barceló, y dijo: <<Creo que no tenemos medios, dentro de la medida de nuestras fuerzas, para evitar ni impedir los hechos consumados; la invasión ha sido efectuada y estamos someti- dos a las decisiones del Gobierno americano; y puesto que su representante aquí nos 1 Cuyo único ejemplar está en mi poder.-N. del A.