Página:Crónica de la guerra hispano-americana en Puerto Rico.djvu/558

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
510
A. RIVERO
 

III

ESCOLTA DEL GENERAL MACÍAS

Días antes de que se proclamase en San Juan el estado de sitio, un centenar de jóvenes, pertenecientes a las más distinguidas familias portorriqueñas, visitaron Capitán general Macías, en el Palacio de Santa Catalina, y allí le ofrecieron sus ser-

D. Ramón Falcón Elías.


vicios para toda función de guerra. El general, apreciando en su justo valor tales ofrecimientos, los aceptó y dispuso que 40 de aquellos jóvenes formasen una sec- ción montada que debía acompañarle, como su escolta, en todos los actos oficiales, y que también le seguiría al campo si las operaciones militares le exigían tal me- dida. Se nombró instructor de los nuevos reclutas voluntarios al comandante de in- genieros Julio Cervera, ayudante de Su Excelencia, y después de amaestrarlos en el manejo del arma y evoluciones pie a tierra, practicaron ejercicios a caballo, pues di- cha escolta era montada, y en la primer revista que pasó el gobernador de Puerto Rico a todas las tropas y voluntarios de la guarnición de San Juan, aquellos 40 jóve-