Página:Crónica de la guerra hispano-americana en Puerto Rico.djvu/637

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
CRÓNICAS
587
 

y en el curso de la tercera recorrida se detuvo, con ambas torres vueltas a estribor, rompió fuego contra una batería que parecía ser la situada a más corta distancia, hacia el Este del Morro. Pude ver que uno de los proyectiles del cañón de la derecha de la torre de proa estalló en esta batería.

El buque insignia hizo señal a las cinco y cuarenta y cinco de que se usaran so- lamente las grandes piezas. Las baterías secundarias suspendieron entonces el fuego, y se ordenó a la dotación que se pusiera a cubierto, dentro de las torres o bajo el blindaje del buque*

No tengo idea de los daños que se hicieron a las baterías; pero como a eso de las seis y treinta observé una notable disminución en su fuego. Cuando el "Terror** se retiró de la linea de fuego, las baterías de la plaza dispararon proyectil tras proyec- til, con gran rapidez» hasta una distancia de 6.000 yardas. Nuestra velocidad enton* ees fué de cuatro nudos, según órdenes recibidas del buque insignia. El barco no fué alcanzado en ningún momento, aunque una espoleta y algunos fragmentos de proyec- tiles fueron recogidos en cubierta.

Me es sumamente grato informar que la conducta de todos los oficiales y hom^ bres de la dotación, bajo mi mando, fué como podía esperarse. La dotación de la torre de proa, a cargo del teniente Cauffmann, estuvo más especialmente bajo mi con- tinua observación, y todos se ínarituvieron serenos, alerta y llenos de entusiasmo; El teniente comandante Garst asumió especial cargo en la torre de popa con el teniente Dunn. El alférez Terhune, a cargo de la batería secundaria, ayudó al teniente Qualtrough en el semáforo, después que cesó el fuego de la batería secundaria. El teniente Hubbard (J. G.) estuvo a cargo de la división del entrepuente.

Las máquinas respondieron prontamente a toda señal que se hizo, y todo lo quei con ellas se relaciona funcionó perfectamente.

Las torres trabajaron bien. El cañón derecho de proa se retardó algunos minutos^ debido a la inutilidad del manómetro del ciHndro de rebote, pero se usó después el ajustador. Hubo que dedicar algunas horas a reparar el atacador en la torre de popa. Por lo demás, tanto las baterías principales, como las secundarias, están en tan bue- rtas condiciones ahora como antes del combate, y listas en cualquier momento para entrar en servicio.

Los estopines eléctricos no han sido satisfactorios, y los de fricción están prácti- camente inservibles.

Ambos cañones de la torre se obstruyeron a un tiempo por haberse tapado los fogones, siendo necesario taladrarlos de nuevo.

El fuego del enemigo no causó absolutamente daño alguno al buque, con excep* ción de la pérdida de una parte de la cortina del sondeador en el costado de babor, la cual se la llevó un proyectil. Los cañones de proa fueron disparados con algunos grados de desviación del rumbo recto, y los de la torre trasera lo fueron en línea recta, por popa; a excepción de alguna trepitación abajo, el buque no sufrió daño. La ballenera y el bote del capitán se resintieron algo por los fogonazos de los caño- nes, cuando se disparaban directamente a popa o proa, pero las averías pueden repa- rarse por nuestros propios hombres cuando tengan la oportunidad de hacerlo.

Todas estas cosas y otras, desde luego, no son más que improvisadas, pero han surtido el efecto deseado y se ha podido traer un monitor de dos torres y de escasa obra muerta, sin barbetas, en un viaje de cerca de l.OOO millas desde su puerto más cercano en el Continente y ponerlo en la línea de combate.