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APÉNDICE NUMERO 22

Correspondencia oficial cruzada entre los generales D. Manuel Macías, Mr. Nelson A. Miles y John R. Brooke.

Telegrama: San Juan, agosto 13, 1898.

Al Jefe de operaciones, Aibonito.

Un oficial con seis hombres montados, y bajo bandera de parlamento, que se dirijan a la línea enemiga de Coamo y pidan entregar al jefe que la mande el tele- grama que sigue, dirigido al general Miles, Comandante en jefe del Ejército de los Estados Unidos en Puerto Rico, Ponce.

«Saludo V. H. muy atentamente, y le participo que el cónsul general de Francia en esta Isla me ha entregado esta tarde una copia de telegrama recibido de M. Cam- bon. Embajador de su nación en Washington, telegrama que dice así:

«Los prehminares de la paz y una suspensión de hostilidades han sido firmados ayer, a las cuatro de la tarde.»

Por mi Gobierno, y sin duda debido a la mayor distancia, no he recibido aún instrucción alguna sobre este asunto; pero como el general Wilson, por conducto de su jefe de Estado Mayor, hizo saber al jefe de mis tropas en Aibonito que se había recibido de Washington un telegrama en parecidos conceptos, y con el laudable objeto de evitar toda colisión entre fuerzas beligerantes y consiguiente efusión de sangre, invito a V. H, a una suspensión temporal de hostilidades hasta recibir las correspondientes instrucciones de nuestros respectivos Gobiernos, y que durante ella continúen las fuerzas beligerantes ocupando cada una el mismo terreno que ocupan hoy. Termino rogando a V. H. se sirva comunicarme su opinión.

Con este motivo el general Macías presenta sus cumplimientos al honorable general Miles.»

Telegrama de Cayey: Agosto 14, 1898.

«El Comandante Cervera al Capitán general:

Acaba de presentarse a dos kilómetros de nuestras avanzadas, bajo bandera de parlamento, el coronel Richard, ayudante del general Brooke, Jefe del primer Cuerpo del ejército americano. He salido a su encuentro, y me ha entregado dos pliegos: uno del general Miles para V. E., y otro del general Brooke para mí, suplicando reciba el segundo y envíe a V. E. el primero. Le he dicho que yo no tenía instrucciones para atender sus manifestaciones, y que permanecería en mi puesto esperando órde- nes de V. E.; pero que cumpliría sus deseos.

El pliego del general Miles lo envío a V. E. rápidamente. El dirigido a mí dice lo siguiente: