y V. misma ha leído sus dos primeros actos y el plan del tercero que por la perentoriedad no estaba aun dialogado. Por esto me atrevo á decir que una semejanza como la que se quiere suponer, y de la que no tengo la menor noticia, es imposible, porque tales fenómenos de coincidencia entre tierras y personas tan inconexas no están en lo natural. Si es un error, lo disimulo; y si hay intención en extender tales voces, tampoco me será difícil perdonarla.
También se ha hallado algo forzado el descuido de la fe de bautismo de Cristina : no sé si me hago ilusión, pero me parece que haciéndolo recaer entre un viejo casi decrépito y una niña, y procurándoles un incidente repentino que trastorne sus ideas, se alcanza la probabilidad en un accidente que sin tanto motivo está sucediendo en el mundo á cada paso. Se me han señalado como impropios tres ó cuatro adjetivos; y á pesar de haber hallado en el Diccionario de la Academia un sentido igual al que yo les había dado, los he mudado con docilidad, porque estoy ansioso de la aprobación de mis favorecedores. Quizás se me Preguntará porque he hecho consistir la gracia de la Reina en el nombramiento de un empleo que
