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22 — Recuerdos de un pintor

y que vengan vientos, que á pie firme se les hace....

Y el tercio de Flandes, galán de Lope y Calderón, volvía á saludar con su sombrero de copa.


* * *

Ofrecí á don Pedro un retrato, y él me pidió primero el de su esposa.

— ¿Es ese un artículo del programa contra el matrimonio?

Comprendí que le incomodaba la pregunta, y le propuse un grupo, que aceptó radiante.

Con verdadero amor me puse á la obra. La vieja decía: vaya con los modelos, porqué no retrata niñas, si Vd. con el color puede ser poeta.

— No sirvo para tales cosas — contestaba yo; telas así, deben manar gracia juvenil y arrancar á los labios del que las vé, la sonrisa espiritual del encanto. Quise el año pasado pintar una joven, al concluir de una fiesta. Es hermosa, rica, inteligente, y después del baile, metida en una capa, con la cabeza alta y el rostro alegre, salía como una triunfadora... Empecé el retrato con esa impresión; la joven se prestó gustosa de modelo varias veces, y poco á poco, se fué cambiando su primera actitud hasta mostrar con el hastío del placer colmado, las huellas físicas del