Ir al contenido

Página:Cuentos clásicos del norte.djvu/109

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
89
La Ruina de la Casa de Úsher


Todo esto ocurría en remoto pasado.
Pendones amarillos, gloriosos, dorados,
en su cúspide veíanse flamear.
Y el céfiro gentil,
que en aquel tiempo feliz jugueteaba
de la mansión en redor,
por las almenas soberbias y blancas
como alado perfume escapó.
 
Peregrinos transeúntes de aquel feliz valle,
a través de ventanas translúcidas,
veían sombras de espíritus
agitándose armónicamente
y a compás de templado laúd,
al rededor de un magnífico trono
donde brillaba el monarca,
nacido en la púrpura y digno de tal esplendor.
 
Cubierta de rubíes y perlas
la puerta del palacio estaba;
y por ella cruzaba flotando,
flotando centelleante,
una multitud de Ecos
cuyo deber grato y único
era entonar con voz de sin par melodía
de su rey el talento y cordura.

Pero el Mal, de tristezas vestido,
asaltó del monarca el estado.
¡Ah! ¡Lloremos, que jamás lucirá nuevo día
para él, desolado!
Y del castillo la aureola de gloria,
una vez floreciente y purpúrea,
sólo es ya de antiguas edades, la historia
perdida, enterrada.