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Cuentos Clásicos del Norte

honoraria con Nolan dejaron de temer que ocurriera ningún contratiempo. Solamente cuando una dama inglesa, quizá Lady Hámilton como dije, antes, pidió "las danzas americanas de figuras," sucedió algo muy original. Todos bailaban contradanzas en aquella época. La banda negra, muy entusiasta, convino en lo que serian "las danzas americanas de figuras," y se abrió con Virginia Reel continuando con Money—Musk, al cual debía seguir The Old Thirteen según el orden cronológico. Mas, precisamente en el momento en que Dick, el director de orquesta, golpeaba la batuta para que comenzaran los violines, y se inclinaba hacia adelante para decir con todo el ceremonial negro: ¡The Old Thirteen, señoras y caballeros!" como había dicho, "¡Virginny Reel, si gustáis!" y "Money—Musk, si gustáis!" el asistente del capitán le tocó en el hombro, y murmuró algo en su oído que le impidió anunciar el nombre de la danza; se inclinó simplemente, comenzó el aire, y todos le siguieron; enseñando los oficiales las figuras a las jóvenes inglesas sin decirlas por qué la danza no tenía nombre.

Mas no era ésta la historia que iba yo a referir. En tanto que se deslizaba la fiesta, Nolan y los camaradas habían recobrado su aplomo, como digo, a tal punto que pareció enteramente natural que, inclinándose ante la arrogante Mrs. Graff, dijera el primero:

—Espero que no me habréis olvidado, Miss Rútledge. ¿Puedo aspirar al honor de teneros por pareja?—