Esta página ha sido corregida
106
Cinco guisantes
de agua sucia é hinchándose desmesuradamente.
—«¡Cuán grueso me pongo! decía. ¡Y qué gordo estoy! Me parece que el mejor día estallo. Estoy seguro que á ningún guisante le ha cabido en el mundo mejor fortuna que la mía. Está visto: de entre mis cinco hermanos, yo soy el que he tenido más talento.»
El canalón le escuchaba con embeleso y le daba la razón.
Al mismo tiempo, la joven á quien encontramos enferna y sepultada en el lecho, se asomabal á la ventana nostrando unos ojos radiantes de júbilo y unas mejillas sonrosadas de salud, y juntando sus hermo-