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Escenas de corral

pues así en el amor como en el odio, son animales muy apasionados; y como ya no podía inspirarles celos, mostráronse extremadamente compasivos.

También acudieron las gallinas chinas sollozando y las demás exhalaban sendos gluc, gluc de dolor, si bien ni ellas ni los patos tenían los ojos encendidos.

—«¡Hay nadie más tierno y sensible que nosotros!» decían.

—«Sí, en mi país estas cosas se sienten más,» repuso la Portuguesa.

—«Dejémonos de tonterías y aspavientos, observó su marido el pato grande. Aquí la cuestión es buscar algo de que cenar. En cuanto á juguetes hechos añicos como ese, los hay en abundancia y los habrá siempre. Lo único positivo es comer y engordar.