Página:Cuentos de amor de locura y de muerte (1918).pdf/236

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
228
Horacio Quiroga

—Cuando era mi amor, al parecer.

—Perfectamente bien dicho—le dije.—Su amor, al 228 parecer.

Ella me miró entonces de pleno.

—No...

Y se calló.

—¿No... qué? Concluya.

—¿Para qué? Es una zoncera.

—No importa; concluya.

Ella se echó a reir:

—¿Para qué? En fin... ¿no supondrá que no era al parecer?

—Es un insulto gratuito—le respondi.—Yo fuí el primero en constatar la exactitud de la cosa, cuando yo era su amor... al parecer.

Y dale!...—murmuró. Pero a mi vez el demonio de la locura me arrastró tras aquel ¡y dale! burlón, a una pregunta que nunca debiera haber hecho.

Oigame, María Elvira—me incliné:—¿ Vd. no recuerda nada, no es cierto, nada de aquella ridícula historia?

Me miró muy seria, con altivez si se quiere, pero al mismo tiempo con atención, como cuando nos disponemos a oir cosas que a pesar de todo no nos disgustan.

—¿Qué historia ?—dijo.

—La otra, cuando yo vivía a su lado... le hice notar con suficiente claridad.

—Nada... absolutamente nada.

—Veamos; míreme un instante...

—¡No, ni aunque lo mire!...—me lanzó en una carcajada.

. Citized by Google