Página:Cuentos de amor de locura y de muerte (1918).pdf/245

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
237
Cuentos de amor de locura y de muerte

do, desangrándome vivo con su modo de ser, porque la quiero como un idiota!... Esto es bien claro tambien, ¿eh? ¡Ah! le aseguro que no es vida la que llevo!

¡No, no es vida!

Y apoyé la frente en los vidrios, deshecho, sintiendo que después de lo que había dicho, mi vida se derrumbaba para siempre jamás.

Pero era menester concluir y me volví: ella estaba a mi lado, y en sus ojos—como en un relámpago, de felicidad esta vez—vi en sus ojos resplandecer, marearse, sollozar, la luz de húmeda dicha que creía muerta ya.

María Elvira! exclamé, grité creo.— Mi amor querido! Mi alma adorada!

Y ella, en silenciosas lágrimas de tormento concluido, vencida, entregada, dichosa, había hallado por fin sobre mi pecho, postura cómoda a su cabeza.

Y nada más. ¿Habrá cosa más sencilla que todo esto? Yo he sufrido, es bien posible, llorado, aullado de dolor, debo creerlo porque así lo he escrito. ¡Pero qué endiabladamente lejos está todo eso! Y tanto más lejos porque y aquí está lo más gracioso de esta nuestra historia ella está aquí, a mi lado, leyendo con la cabeza sobre la lapicera lo que escribo. Ha protestado, bien se ve, ante no pocas observaciones mías; pero en honor del arte literario en que nos hemos engolfado con tanta frescura, se resigna como buena esposa. Por lo demás, ella cree conmigo que la impresión general de la narración, reconstruída por etapas, es un reflejo bastante acertado de lo que pasó, sentimos y sufrimos.

Citized by Google