Página:Cuentos de amor de locura y de muerte (1918).pdf/41

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

LOS OJOS SOMBRIOS Después de las primeras semanas de romper con Elena, una noche no pude evitar asistir a un baile.

Hallábame hacía largo rato sentado y aburrido en exceso, cuando Julio Zapiola, viéndome allí, vino a saludarme. Zapiola es un hombre joven, dotado de rara elegancia y virilidad de carácter. Lo había estimado muchos años atrás, y entonces volvía de Europa, después de larga ausencia.

Así nuestra charla, que en otra ocasión no hubiera pasado de ocho o diez frases, se prolongó esta vez en larga y desahogada sinceridad. Supe que se había casado; su mujer estaba allí mismo esa noche.

Por mi parte, lo informé de mi noviazgo con Elena — y su reciente ruptura. Posiblemente me quejé de la amarga situación, es recuerdo haberle dicho que creía de todo punto imposible cualquier arreglo.

—No crea en esas sacudidas me dijo Zapiola con aire tranquilo y serio.. — Casi nunca se sabe al principio lo que pasará o se hará después. Yo tengo en mi matrimonio una novela infinitamente más