Esta página ha sido validada
— 141 —
Nuestro hombre, ya furibundo,
Sintió en su magin bailar
El proyecto de enviar
Su mujer al otro mundo.
Y, acá inter nos, yo no sé
Si el proyecto vergonzante
Fué una idea extravagante,
O un gran pensamiento fué.
—¡Basta, basta de sermon!
Dijo al fin: tanta parola
Me revienta.... ¡Dále bola!
¡Qué posma de salchichon!
Ojalá Dios ¡mal pecado!
Para que así no molieras
Que ya el salchichon tuvieras
De las narices colgado.»
No tuvo á fe que instar mucho:
No bien el pico cerró,
Pegado en la nariz vió
El salchichon larguirucho.
Pesada encontró la broma;
Porque al fin marido era
De una mujer hechicera,
Ni nariguda ni roma.