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sus manecitas pequeñas, rellenas de algodón, resbalan suavemente por mi rostro, y me dice al oído con voz entrecortada:
—Teresita, yo te quiero tanto; Teresita tengo ganas de rezar...
sus manecitas pequeñas, rellenas de algodón, resbalan suavemente por mi rostro, y me dice al oído con voz entrecortada:
—Teresita, yo te quiero tanto; Teresita tengo ganas de rezar...