CUENTOS Y CRÓNICAS
no Melesígenes, que también supo ser armo-
nioso sin los suyos...
En Bélgica hacen lo mismo, y esos ciegos
del instituto han intercedido por los ojos de
los pajaritos.
Yo sé que hay gentes que sonríen de todas
esas cosas, que hallan todo sentimentalismo
fuera de moda, y que juzgan nefelibatas a los
que no se levantan todos los días con el úni-
co propósito de aumentar sus rentas por la
buena o por la mala. Yo sé que hay muchas
gentes que retorcerían con gusto el pescue-
zo a todos los cisnes del Caistro, y enviarían
una buena perdigonada a los ruiseñores de
las melodiosas florestas. Yo sé que en filoso-
fía priva mucho actualmente la ferocidad, el
egoísmo, la crueldad. Pero esos son nietzs-
chistas furiosos y danzantes, ante los cuales
iría yo a dar un abrazo al hombre que da de
comer a los pajaritos...101