Página:DAlmeida Ciudad del Vicio.djvu/130

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

FIALHO D'*ALMETDA

dos, sin pendientes ni medias, el pañuelo a la cabeza atado por lelante, una blusilla con remiendos en los codos, la saya desabrochada, con ese color de la esta- meña carcowmida y vieja, y dejando adivinar un cuer- po de sardina arenque, chupado y huesudo...

¡Y además de todo eso vendiendo flores tan estro- peudas come ella!.. Un golfillo que iba tocando con otros en guitarras, hierros viejos y cacerolas usadas, en ese carnaval de tabernas y barrios lúgubres, dió un empellón diciendo:

—¡Se va usted a hacer rica ¿on el estableci- mieato!... E

Y marioeros en alpargatas, cubiertos de trapos, luciendo vapeles dorados, todos súcios de bermellón, danzando al son de las castañuelas "en una alegría innoble; gallegos, cabos de policía, truhanes de nava- ja en ristre y dedos inmundos, al pasar delante de ella, la prilizcaban, diciéndola a! oído recados torpes: presumida, zorra, reina de los cebos y bailarina de escalera abajo; yA convidándola a dormir en hospede - de mala nota... ¡En cuanto a vender flores, ni

e


rías unal!...

Era un día triste, ese domingo de carnaval... Y pasan do por las casas de comida, tien as de comestibles pas- telerías y restaurantes, a la hora en que encendía el gas, sentía una sorda "desesperación de su penuria, án- te ese rumor de gente que se apiñaba allí, compraba y comía, diciendoz¿No puede ser! alos que limosne a- ban en la calle... Ena. todas" las “tiendas había un' mó- vimiento de festa, salía * ge ntes con' cucuiruchos de dulces y cabás. de' provisiones ' festivas... A través de

eg

— 130