LA CIUDADDELVIC.O
lla de Frades, desamparado de toda suerte de re- Cursos, viviendo la vida del niño humilde, pobre, la vida del paria, hasta que llega a cierta representación literaria y se redime un poco, poquísimo—porque su verdadera redención está en el matrimonio, cuan- do casa con prima rica, y cuida de su hacienda, de sus campos de habas y de sus viñas, tiempos de li- beración económica para él, que ya le cogían desgra- ciadamente muy gastado, tiempos en que él decía a sus amigos en el Martinho:—0O que eu trato de edi- tar e um vinhinho branco la'de Cuba...
De sus tiempos combativos de polemista duro, de pamfletario violento, nos restan Os Gatos que nacie- ron en Fialho por un deseo de emular 4s Farpas de Ramalho Ortigao y Eqa de Queiroz. Publicárense Los Garos desde 1889 hasta 1894 y a través de su colección, que ya es difícil de encontrar por Lisboa, se pueden recoger todos los aspectos de la sociedad portuguesa: los escándalos del alto mundo, los cohe- chos de la política, los crímenes de la literatura, los esperpentos del arte... No tienen el aspecto doctoral y dogmático que a ratos dió Ramalho a Las Farfas; tienen un aspecto "más irónico y constantemente zumbador. Fialho es un pesimista terrible y un pro- feta condenador de la sociedad portuguesa, mucho más áspero y desenfadado aú.. gi > Eya de Queiraz; por eso no s: concibe bien; pasión de los portu- gueses por Fialho y su resquemor con Ega, cuando a ratos, aquel fué más duro que éste ton sus compa- tricios... Muy avisadamente, dice el oulto crítico F. de Figueiredo, en el capítulo X de su Historia da litte-
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