FIALHO D'*ALMETDA
Yen las tierras de labranza, en los olivares, en las concavidades de la montaña y en los viñedos del valle, ranchos de personas hacen rueda, cantando para comer... Biot, Helmholtz o el mismo Tyndall (1) : si estuviesen aquí, iban en seguida a calcular ja distancia de los cantadores por la intensidad más o menos amortiguada con que aquí llegan las voces. Yo sigo mi camino, fumando en mi pipa, solitario y nostálgico, con la nostalgia brumosa de los que nunca tuvieron suerte en Ja vida...
Comienza la heredad poblada de encinas, suelo cubierto de bellotas, árboles laocoónticos (2) que cuelgan. carga los de frutos. Pasa la piara de cerdos, hocicando y gruñendo. ¡El cerdo hasta en sociedad es melancólico (3), el pobrecillo!... ¡Cuántos viven y "mueren comiendo esa -bellota harinosa, que media docena de sus hermanos fe- dices hace bordar en oro en las golas de, los. unifor- mes de galal... Deténgome.a calcular melancólica- mente que por mil de estos tristes asados en familia, y expuestos a la venta por esas salchicherías,-hay tal vez uno solo que llega a consejero... ¡Y ese mismo consagrado, qué monótono y tristón!... Casi siem-
(1) Notables físicos que han hecho especialización “de su ciencia en la acústica.—-N. del 7.
(2) Adjetivo que Fialho forja para designar unos árboles re- torcidos y como convulsos, pur evocación del grupo escultórico «del Museo Vaticano que inspiró a Lessing una de sus más be- llas obras; grupo que conmemora la muerte trágica de Laocoon- te, sacerdote de Apolo y Neptuno, que fué ahogado, con sus dos hijos por dos serpientes. —N. del T. a
(3) Linda ironía; O suino, mesmo em sociedade, . ¿ mmacombuzio
£oitado!... [ Macembuzio es más expresivo y gtáfico aún que mie- lancólico).—/N. del 7.
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