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"El conocimiento está en las grecas y en sus colores".

Inmediatamente pasaron por su mente todas las grecas y sus maravillosos colores, que había visto y aun las que no conocía. Como imágenes centelleantes pasaban las grecas, pero al mismo tiempo, tenía toda una eternidad para verlas detenidamente y descifrarlas. Se quedó aturdido un instante o un atado de años en esa extraordinaria percepción. Cuando de nuevo se escuchó la voz de la serpiente por todo su cuerpo y en toda la habitación, quien dijo:

"El origen de todo está en la serpiente de cascabel, en su piel está la información".

El cuerpo y la mente del muchacho, vibraron como un diapasón con esa revelación. Como un eco que reverberaba desde sus adentros, cada palabra se metía hasta en los espacios más pequeños de su ser y de ahí regresaban, para proyectarse hacia el exterior.

Como un eco lejano, se iba quedando la revelación en su interior. En ese momento el encuentro con la inmensa serpiente de cascabel, terminó. Las mujeres que lo habían acompañado en la experiencia, se incorporaron sabiendo que todo había concluido. La anciana se acercó para abrazar al muchacho y decirle:

—Eres afortunado, hablaste con nuestro Amadísimo Señor. Muy pocos tiene esa gracia. Muchos alucinan, otros se encuentran con el demonio de sus adentros, algunos son rechazados por los hijos de dios, y hay quien no les pasa nada. Tú sin embargo, tuviste la dicha de ser atendido por nuestro amadísimo Señor, hablaste con él y te aceptó.

Piedra Quemada invitó a salir de la habitación a Águila Nocturna. Todavía no amanecía, el cielo estaba cubierto de un mar de estrellas. Por el efecto de los hongos, el muchacho tenía las pupilas dilatadas y pudo ver un espectáculo impresionante. De nuevo apareció la serpiente, ahora convertida en un río de estrellas.

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