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Página:Daany Beédxe.djvu/131

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espiritual. Así se difunde la verdad de nuestro origen divino, así se mantiene la esperanza humana, así se alimenta al águila. ¡Que estas palabras queden gravadas en tu corazón!, que vibren palpitantes durante toda tu existencia y la verdad sea revelada.

Los caracoles empezaron a sonar de manera tenue, se escuchaban como abejorros, pero poco a poco, aumentaban su volumen, hasta lograr una fuerza inaudita. El cuerpo de Águila Nocturna empezó a vibrar, hasta que el sonido se convirtió en luz y se esparció por todo el valle. Sintió como todos los millones de seres vivos, que tienen el acuerdo de unirse y conformarlo, se expandieron para abarcar la inmensidad. Dejo de ser él, para pasar a formar parte de todo ese espacio inmenso.

A media tarde despertó por el sonido de una chicharra que estaba cantando a unos centímetros de sus ojos. Estaba a la sombra de un árbol y no sabía si el sonido del insecto había originado su sueño, o era el recuerdo de algo extraordinario, que le había sucedido. Ya había aprendido que lo importante en la vida, es lo que se siente, no lo que se piensa. De modo que en vez de desgastarse en encontrar "la verdad" de lo sucedido, se dedicó a recuperar el ánimo, para seguir subiendo la montaña sagrada.

Después de ascender hacia el lado derecho de la montaña, el camino dobló hacia el lado izquierdo, para casi lograr la cima. Al llegar a la base de los edificios de la parte Sur, el sendero dobló nuevamente hacia la derecha. En ese recodo del camino, se encontró a un anciano que iba lentamente subiendo, cargaba un mecapal con un canasto muy pesado. Águila Nocturna lo saludo respetuosamente y le pidió que lo dejara ayudarlo.

No te molestes muchacho, cada uno carga en la vida con lo que puede y lo que quiere —dijo el anciano, sin dejar ver su rostro— ya estamos por llegar. Permítame insistió Águila Nocturna, tomando la carga del encorvado hombre. Cuando el muchacho sintió el peso del canasto; su cuerpo se desprendió hacia las profundidades. Como un meteorito, cada vez se tornaba más pesado y tomaba más velocidad.

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