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Página:Daany Beédxe.djvu/62

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para que ellos logren sobrevivir en esta, nuestra tierra. Nosotros trabajamos diariamente y nos sacrificamos para que ellos vivan. Fue tan impactante esta verdad dicha por los árboles, que Águila Nocturna abrió los ojos; pero de una sorpresa pasó a otra. Empezaba a clarear cuando percibió al venado más hermoso que había visto en toda su vida. Era un imponente animal de amplia cornamenta. El venado resplandecía con brillo propio, destellando chispazos de energía. El animal terminó de entrar al claro, recorrió el entorno con la mirada e inclinó la cabeza para beber agua.

El corazón de Águila Nocturna empezó a palpitar tan fuerte, que temió asustar al animal. No sabía si estaba soñando o ese maravilloso venado encarnaba el Espíritu del Bosque. Pero cumpliendo con su responsabilidad de cazador, respiró profundo para relajarse, introdujo una flecha en la cuerda de su arco y muy lentamente cargó. El animal de súbito levantó la cabeza y volteó directamente a ver al cazador. Águila Nocturna sintió entonces que la mirada del extraño animal, penetraba a su cuerpo a través de sus ojos. Una línea de energía, un haz de luz inundó al joven cazador y de inmediato todo su cuerpo empezó a resplandecer. Sentía que todo su cuerpo por dentro estallaba en una sensación de excitación y empezó a sentir un bienestar interior, como nunca se imaginó podría sentir.

Destensó el arco y lo tiró al suelo, al mismo tiempo el venado se dirigió lentamente hacia él. A escasos centímetros quedó uno del otro. Los ojos del venado parecían inmensas y profundas lagunas. En sus profundidades, Águila Nocturna sintió absolutamente a todos los seres vivos del bosque y al final, se vio a sí mismo, y se sintió el maravilloso venado luminoso. Cerró los ojos y volvió a ver al venado que inclinaba la cabeza, para después lenta y majestuosamente introducirse en el bosque.

Despuntaban los primeros rayos de luz en la cima de las montañas, Águila Nocturna se dirigía al lugar donde estaban sus maestros. Fue el primero en llegar y Espejo Humeante lo recibió con un abrazo y como si supiera todo lo ocurrido le dijo:

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