Desde que Robert le dijo lo que á él se le figuraba ser la verdad, hasta la hora de comer, Carlos vivió toda una existencia de crueles tormentos. Cinco ó seis horas antes, ninguna suposición, ninguna duda, ningún temor amargaba su idilio. Y sin embargo, cuando Plese le preguntó, en medio de la comida, lo que había hecho en el día, Llorede tuvo la sensación de haber existido durante varios años desde que por la mañana saliera de su casa para ir á visitar á Robert.
La Muñeca y su amiga discutían, con verdadero en tusiasmo, á propósito de las modas nuevas.
— Por mi parte —decía Margot—, yo me alegro de que las medias negras hayan caído en desuso, porque ya se iban vulgarizando de un modo odioso. Todas las burguesas llevan ahora medias negras.
— Es cierto —replicaba Liliana—; pero con las medias de color que empiezan