lo ha repetido todo el mundo porque es verdad... Si no pudiésemos decir sino cosas que nadie ha escrito, es probable que no diríamos nunca una palabra... Pero eso es verdad, Lili... ¡Ya lo verás!... Al fin y al cabo, no es por molestarte por lo que te lo digo, puesto que la víctima de todo seré yo... ¡Yo, que no te podré volver á ver cuando Carlos se reconcilie contigo!...
La Muñeca se puso de pie, nerviosa; cogió á su amiga por los brazos, y obligándola bruscamente á levantarse, la dijo:
— Vas á prometerme...
— ¡Oh, lo que quieras, Lili, lo que quieras!
— Déjame hablar, mujer... Vas á prometerme que no volverás á pronunciar nunca el nombre de Carlos en mi presencia.
— ¿De veras?
— Sí. ¿Me lo prometes?
Margot echó los brazos al cuello de la