Página:Dellepiane Dos patricias ilustres.djvu/106

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 96 —

e E

un alma, vengamos nuevamente a la carta de que iba a hablaros. En ella se revela, de cuerpo entero, « el médico de los corazones » que ya conocéis, ejerciendo esta vez su subli- me ministerio en uno de los casos más difíciles que pudieran ofrecerse en materia de afligi- dos. Si hubo, alguna vez, hombre que necesitó ser consolado, ese fué, ciertamente, el autor de los Consuelos. Su incurable tristeza, el des- encanto que respiran sus producciones, no eran, en él, simple postura intelectual, mera cuestión de moda literaria, sino el efecto de causas bien reales e imposibles de eludir: el presentimiento de una muerte próxima, la idea de una vida inacabada, malograda porla doble circunstancia de una enfermedad cor- poral incurable y de un ambiente social asfi- xiante. Ved, ahora, cómo desempeña su an- gélica misión la señora de Mendeville, quien comienza su carta informando a Echeverría sobre el mal éxito de un encargo que éste le ha confiado :