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como dos viajeros. cada uno de los cuales da la vuelta al mundo por su lado, y, de cuando en cuan- do, se encuentran sobre el boulevard y conversan de sus excursiones como si el día antes se hubie- ran separado.
Mis viajes son por las regiones del papel im- preso, las más serenas, y en donde no tratamos sino a personas de nuestra completa satisfacción. Allí he encontrado un retrato de madame Réca- mier, pintado con la pluma de M. Guizot: se lo mando a usted.
Cumplo, al hacer esta remisión, con un man- dato que me impone no se qué voz íntima que me hablaba de usted durante la lectura atenta que he hecho, dos veces, de ese precioso estudio. ¡ Ojalá le proporcione la distracción agradable de algu- nos momentos !
Desearé que todas las personas de esa casa es- tén buenas, y que usted me diga que está contenta y gozando de la primavera extemporánea que nos ha traído Junio.
Su invariable amigo.
Juan María Gutiérrez.
Junio 12, a la noche.