Página:Dellepiane Dos patricias ilustres.djvu/271

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 255 —

— 255 —

Y con su canto de inefable aliento Te despierte en la aurora la esperanza,

tal profetizaban los versos de Gutiérrez, y, con cronométrica regularidad, eso mismo ocu- rrió todos los días en vida de la diligente señora, que, al alba, hallábase ya en pie, pron- ta para emprender la cotidiana tarea, cuyo primer ejercicio era la imprescindible visita a Dios, el profundo recogimiento del alma so- bre sí misma, la íntima comunión con el infi- nito. Con buen o mal tiempo, mucho antes de las seis poníase en camino del templo más pró- ximo, donde oía la primera misa, entre las co- cineras devotas que cumplían con ese deber antes de ir al mercado y algunas pocas seño- ras religiosas del barrio. Después de estar provista con un viático semejante y haberse tonificado el alma con un cordial tan recons- tituyente, ¿quién puede sentirse débil para afrontar la diaria labor por ingrata o peno-

sa que sea? ¿Cómo dudar que Misia Car-