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en forma destacada la activa y ardorosa patri- cia. Trátase así, en 1812, de auxiliar las pe- nwrias del tesoro público allegándole algunos recursos para la compra de armas. Las patrio- tas más encumbradas forman, con este fin, una especie de logia o complot, congregándose en la mansión señorial de los Escalada, para po- ner por obra el pensamiento. Anotadas las cuotas subscritas por las damas allí reuni- das, dispónense, éstas, a ofrecer al gobierno lo recolectado, con cuyo motivo ocurre un interesante, episodio, que la tradición narra
de esta manera:
— Yo tengo redactada una nota que voy a leerles — dijo María Sánchez de Thompson. — Dámela, Remedios — continuó, dirigiéndose a la joven novia de San Martín. — Pongan atención y corrijan lo que no les parezca bien.
María Sánchez levantó el escrito a la altura de la luz, y leyó...
Sus cómplices escuchaban en silencio.
— ¡Está bien, muy bien ! dijeron todas, cuando