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DESCRIPCION

obstante no responde al fin de este establecimiento, porque como este pais de la Soledad es tan abierto al norte ó nord-este, necesita un navio tener viento de este lado para entrar en él. Ahora pues, como un tal viento es el mas favorable para pasar el cabo de Hornos para el mar del sur, seria perder tiempo entrar en dicho puerto, mayormente cuando debe esperar viento contrario para salir de él, y luego otro para navegar al Cabo mencionado; y esto en un parage, donde no hay esperanzas de hacer otra provison de agua.

Los franceses enviaron gente á estas islas en la última guerra, para asegurar un puerto á sus navios, que venian de las Indias Orientales para el mar del sur, carrera necesaria para libertarse de los corsarios ingleses. Pero acabada la guerra, y cansados de una colonia tan pobre y miserable, y de tan grandes gastos, cesando su fin, determinaron dejarla, con la intencion no obstante de cobrar ó recobrar (si fuese posible) el dinero que habían expendido en ella: á cuyo fin representaron estas nuevas adquisiciones de una manera tan favorable á la corte de Madrid, que el Rey de España acordó pagarles 500,000 pesos, (otros dicen 800,000, y otros aun los alargan hasta un millón), para que cediesen esta colonia á España, de cuya cantidad había de recibir una parte el Rey de Francia, quedando el resto para Mr. Bougainville, su propietario, y la permision de vender en Buenos Aires algunas mercaderías compradas con este dinero en Rio Janeiro. Todo esto se hizo presente con grande libertad por el capitán de una fragata española al Gobernador de Buenos Aires, en presencia de Mr. Bougainville, quejándose del modo con que engañaban al Rey de España, y protestando que la persona encargada de recibir dichas islas, no podia, por el respeto y lealtad que debía á su soberano, y á la obligaciones de buen cristiano, aceptar dicha entrega hasta dar aviso, y recibir nuevas órdenes de la Corte de España; siendo evidente que la habian engañado. No pareció conveniente á Mr. Bougainville contradecir la exposicion de este oficial, quien ademas de ser el mismo testigo de vista, podia corroborarla, si fuese necesario, con testimonios de cien personas, que habian arribado poco antes de la exportacion de los franceses que estaban en aquella isla.

Los españoles transportaron á su colonia dos frailes franciscanos con un Gobernador, quienes luego que la vieron se llenaron de melancolia, y el Gobernador, Coronel Catan, á la vuelta de los navios para Buenos Aires, declaró con lágrimas, que tenia por dichosos los que habian salido de tan miserable país, y que él mismo se alegraria