Página:Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790.djvu/12

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das las alhajas y tesoros que poseían; otras que servian de adorno á los mismos ídolos; y todas las riquezas que perdieron los Españoles la noche que salieron fugitivos de México, que no pudieron despues recobrar, sin embargo de las muchas diligencias y solicitudes con que lo procuraron, hasta buzear casi toda la Laguna, donde dixeron los Indios haberlas echado. Es, pues, de creer, que todo esto, ó la mayor parte de elio, esté debaxo de la tierra de Tlatelolco. Si se hicieran excavaciones, como se han hecho de propósito en la Italia para hallar estatuas y fragmentos que recuerden la memoria de la antigua Roma, y actualmente se están haciendo en España, en la Villa de Rielves, tres leguas distante de Toledo, donde se han descubierto varios pavimentos antiguos, ¿quantos monumentos históricos no se encontrarían de la Antigüedad Indiana? ¿Quantos libros y pinturas que ocultaron aquellos Sacerdotes de los ídolos, y principalmente el Teoamoxtli, en que tenían escrito con sus propios caraƈtéres su origen; los progresos de su nacion desde que salieron de Aztlan para venir á poblar las tierras de Anahuac; los ritos y ceremonias de su Religion; los principios fundamentales de su Cronología y Astronomía &c? ¿Y quantos tesoros no se descubririan?

La contingencia fue la que en pocos días nos dio luces para conocer lo que fueron los Indios en tiempo de su Gentilidad, en dos preciosos monumentos que demuestran su cultura é instruccion en las ciencias y artes. De ellos se debe estimar como un particular hallazgo el que se descubrió últimamente, por ser un documento original é instruƈtivo, que manifiesta mucha parte de la historia de la Cronología, y el modo exaƈto que tenian de medir el tiempo los Mexicanos para celebrar sus fiestas, y para su gobierno político; principalmente habiendo perecido io mejor de sus historias entre las llamas, por no tenerse conocimiento de lo que significaban sus pinturas: ¡pérdida lamentable, que han sentido los hombres de buen gusto que se dedicaron á cultivar el estudio de la literatura antiquaria de estas naciones!

Con ocasion, pues, de haberse mandado por el Gobierno que se igualase y empedrase la Plaza mayor, y que se hicie-

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