DIARIO DE UNA COMEDIANTA 129
A 11 de Mayo.
Los que están en el poder ofrecen el espec- táculo más consternador de incompetencia, Fue- ron electos como capaces. Pero algunas de estas situaciones dan lugar a escenas que serían irre- sistiblemente cómicas si no fueran lamentables.
El simple marinero que por la gracia de Lenin obtuvo el cargo de ministro de Marina, acaba de ser aprehendido por derroche y desfalco de fon- dos públicos... ¡Qué sé yo!
Parece que en el ministerio se habían acos- tumbrado a él. Además, era un hombre terrible que con frecuencia había tomado la palabra en las reuniones populares. En el ministerio daba sus órdenes sin rudeza a los almirantes que le es- taban subordinados. Tenía el buen sentido de no ocuparse para nada en la parte técnica. Se con- tentaba con firmar y simbolizar, en su grado de simple marinero, la más asombrosa paradoja que jamás se ha visto en materia de gobierno,
Nautfraga en el ridículo.
Y no será el único.
Kolontai, la mujer que fué nombrada ministra de Cultos, toma determinaciones absurdas y sólo comete desaciertos.
En la escala de la jerarquía, parece que hoy la consigna es rebajar al que se ha elevado, y de haqer subir a los humildes y a los ignorantes,
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