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PAULETTE PA
— Estas detenciones — me explica — no pueden
extenderse hasta usted. Hay en realidad france-
ses que conspiraron contra el Gobierno bolche-
viquista. Era todo un plan con la ayuda de los
checoeslavos y con la perspectiva de un gran es-
fuerzo hacia la costa de Murmania. Los que se
hallan presos, estaban mezclados en el complot.
De seguro habrá más aprehensiones. Pero no
creo que usted haya conspirado. Por consiguien-
te cálmese usted.
Steneberg se apresura a darme el certificado
que le pedí.
Me aconseja que lo autorice Lunacharsky, que
se halla en estos momentos en el ministerio de
Instrucción. Me dirijo allí a pie, aunque la dis-
tancia es grande; sigo mi camino como un autó-
mata.
— Lunacharsky no está visible — me dice su
secretaria, mujer de cuarenta años y de aspecto
huraño.
Pero tan pronto como la secretaria se entera
del documento que le muestro, sonríe amable-
mente y me pregunta:
— ¹Es usted francesa? Voy a ver al comisario y
a recogerle la firma para esta instancia. Nada pue-
de suceder a usted, por lo menos así lo espero.
Después de un cuarto de hora, regresa; pero
con acento plañidero me repite las palabras de
Lunacharsky.
Página:Diario Comedianta Francesa Bajo Terror Bolchevista.djvu/152
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