ses, con várias batallas favorables à los Romanos: de fuerte, que en el año de 550. perdieron los Cartagineses quanto havían ganado en España: y assi en treinta y cinco años de Domínio no es verisimil que pudiessen introducir enteramente su Léngua.
9 Los Romanos reconociendo las riquezas y utilidades de nuestra Província, con vários pretextos continuaron la guerra con los naturales, que por no haverse unido desde el princípio de ella, fueron vencidos y sujétos à las leyes de los vencedóres. Para assegurarse de ellos fundaron várias Colónias, dieron à muchos Lugáres el honór de Municípios, hicieron Conventos jurídicos, ò Chancillerías, para que los pléitos se decidiessen por justícia conforme à las leyes. Se empezaron à contraher matrimónios entre Romanos y Españoles, y por estos medios procuraron introducir sus costumbres, desnudando à los naturales de la rústica corteza de su trato. Luego que assentaron su Domínio, ordenaron (como dice Valério Máximo) que nadie pudiesse hablar à los Pretóres, ò Gobernadores, sino en la Léngua suya: con que viéndose precisados à la comunicación con ellos, aprendieron por necessidád los Españoles la Léngua de los Romanos, la qual desde las Colónias y Municípios se fué extendiendo à las Aldéas; y solamente los Vizcainos han conservado hasta ahóra tenáces su lenguage.
10 De esta manéra se habló en España hasta el princípio del siglo quinto del nacimiento de nuestro Redentor, y de todo este tiempo no se ha descubierto monumento alguno de obra pública, de dedicación de Templo, ò Ara, de memória de Emperador, ò lápida sepulcrál, que no sea en Léngua Latina: de calidád, que ni aun en los libros se conserva notícia alguna de lo contrario: de que se infiere con evidéncia, que en el tiempo que los Romanos señorearon nuestra Província, fué su Léngua vulgar en ella.
11 A los princípios del siglo quinto inundaron à España, buscando mejor clima, los Suevos, Alános, Vándalos, y Silingos, derramandose por todo lo mejor de ella. Poco despues los Godos, que estaban en las Gálias, entraron como auxiliares de los Romanos contra estas Naciones, y en poco tiempo se hicieron dueños de todo lo que no ocuparon ellas, y estaba por el Imperio Románo: de suerte, que quedaron estas Províncias ocupadas de Suevos y Godos, siendo los Suevos señores de la antígua Galicia, y parte de la Lusitánia, y los Godos del resto de España, y la Galia Narbonense, hasta que el Rey Leovigildo acabó con el Réino, y Domínio de los Suevos, quedando único Monarcha de nuestra Província. Duró el Império de los Godos hasta los princípios del siglo octavo, en que feneció, con la invasión de los Sarracénos, en el Rey Don Rodrigo último de ellos.
12 Uvalia, tercero Rey de los Godos, destruyó à los Vándalos y Silingos, que havían ocupado la Andalucía, volviéndola à poner debaxo del Império Románo: con que estos mal pudieron introducir su Léngua