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Página:Diccionario etimolójico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas.djvu/37

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Comprobacion de las etimolojías

rriles, vinieron a Chile de Inglaterra i Estados Unidos con personal técnico ingles; de ellos aprendieron la voz los chilenos.

§ 42. El indicio esterior es el que se refiere a la forma de la palabra, en particular a su fonética.

Muchas lenguas obedecen a tendencias fonéticas mui marcadas; así en castellano lejítimo (prescindiendo de palabras doctas, latinismos i estianjerismos), al fin de la palabra solo se admiten las consonantes s, z, d, r, l, n; al fin de la sílaba en medio tambien la m; al principio de la sílaba se admiten todas las consonantes solas i un número determinado de combinaciones de dos consonantes. De consiguiente efecto i frac no son palabras lejítimas castellanas sino un galicismo ésta, un latinismo aquélla. Pero efeto, efeuto i fraque son formas asimiladas a la fonética castellana. Conociendo la estructura fonética de una lengua, es fácil decidir si una palabra puede o no pertenecer a ella [1].

Tanto al mapuche como al quechua faltan ciertas consonantes i combinaciones de consonantes, que existen en castellano. Palabras que las contienen no pueden derivarse de estas lenguas, a no ser que las alteraciones fonéticas que se deberian suponer se espliquen por otras razones contundentes. Chadupe corresponde a la fonética mapuche, pero no a la del quechua, pues esa lengua no conoce la letra d; huaipe fonéticamente podria ser tanto derivado del araucano como de la lengua de los incas.

§ 43. Se ve que para hacer etimolojías americanas es necesario algo mas que poseer un diccionario de Febrés u otro; es indispensable conocer las lenguas indíjenas, i esto no solo respecto a su fonética sino tambien con respecto a su morfolojía i aun sintáxis.

En muchos casos las palabras chilenas no se derivan de sustantivos que se encuentran en forma igual en los vocabularios,

  1. He tratado mas estensamente del carácter fonético del castellano, comparándolo con el del frances, ingles i aleman en mi articulo sobre el oríjen i el desarrollo del lenguaje en la revista Neuere Sprachen (Marburg, 1900), tomo VIII, páj. 455 i siguientes.