Página:Dies iræ (1920).djvu/164

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

164

—Sachka, ¿sueñas algunas veces?—pregunto pensativo el padre.

—No—confesó Sachka—. ¡Ah, sí, no me acordaba! Una vez soñé que me caía de un tejado... Había subido a coger palomas.

—Yo sueño mucho. Los sueños, a veces, son maravillosos. Se ve todo lo que ha sucedido en otro tiempo, se ama y se sufre como en la vida real.

Hubo un nuevo silencio, y Sachka sintió que la mano apoyada en su cuello empezaba a temblar. El temblor fué en aumento, y unos sollozos contenidos turbaron de pronto la calma de la noche.

Sachka frunció severamente las cejas, y, procurando no mover el cuello, donde seguía apoyada la pesada mano paterna, enjugó las lágrimas que brotaban de sus ojos. Le emocionaba ver llorar a aquel viejo.

—¡Sachka, Sachka!—sollozaba el padre—. ¿Por qué tanta desgracia?

—¡Vamos!—murmuró severamente Sachka—. ¿Eres acaso un pequeñito?

—Se acabó... se acabó—excusóse, con sonrisa confusa el padre—. Más vale olvidarlo todo.

La cama crujió en la habitación inmediata bajo el peso del cuerpo de su mujer, que se despertó, suspiró y balbuceó algo ininteligible.

Había que acostarse; pero antes de hacerlo había también que encontrar un sitio para el angelito. Tras algunas vacilaciones lo colgaron con