Página:Diez años de destierro (1919).pdf/114

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
112
 

dadanos, con garantía permanente, los beneficios que un soberano virtuoso podía, por modo pasajero, conceder. Pero Bonaparte, ¿qué ofrecía?

¿Llevaba a los pueblos extranjeros más libertad?

Ningún monarca europeo se hubiese atrevido a cometer, en todo un año, las arbitrarias insolencias que Bonaparte cometía en un día solo. Iba únicamente a hacerlos cambiar su tranquilidad, su independencia, su lengua, sus leyes, sus bienes, su sangre y sus hijos por la desgracia y la vergüenza de ser aniquilados como naciones y despreciados como hombres. Iba, en fin, a comenzar la empresa de la Monarquía universal, el más temible azote que puede amenazar a la especie humana, y causa segura de eternas guerras.

A Bonaparte no le agrada ninguna de las artes de la paz; sólo se divierte en las conmociones violentas producidas por las batallas. Ha concertado muchas treguas, pero nunca se ha dicho seriamente: ¡Ya basta! Su carácter, inconciliable con el resto de la creación, es como el antiguo fuego griego, que ninguna fuerza natural puede extinguir.

3