Habiendo después de entrar en un certamen trágico, oída primero la composición de Sócrates, quemó las suyas, diciendo:
- Oh, ven aquí, Vulcano;
- Platón te necesita en el momento.
Desde entonces se hizo discípulo de Sócrates, estando a los veinte años de edad. Muerto Sócrates, se pasó a la escuela de Cratilo, discípulo de Heráclito, y a la de Hermógenes, que seguía los dogmas de Parménides.
5. A los veintiocho años de edad pasó con otros socráticos a Megara a oír a Euclides, según lo escribe Hermodoro. De allí se fue a Cirene y se hizo discípulo de Teodoro, matemático, de donde pasó a Italia a oír los pitagóricos Filolao y Eurito. De allí, finalmente, partió a Egipto a oír a los adivinos, adonde dicen lo acompañó Eurípides. Que allí enfermó, y lo curaron los sacerdotes bañándolo en el mar; por lo cual dijo:
- Lava el mar las dolencias de los hombres.
Como también con Homero: «Que los egipcios eran todos médicos». Había todavía determinado pasar a conversar con los magos; pero se lo estorbaron las guerras de Asia. Volvió por fin a Atenas, y habitó en la Academia, la cual es un gimnasio