del cuerpo. Y asÍ, de todo lo que tiene ser, unas cosas son sensibles y otras intelectuales; por lo cual decía Platón que los que quieren comprender los principios de todas las cosas primeramente dividen entre sí mismas las especies que llaman ideas, a saber, la Semejanza, la Unidad, la Multitud, la Magnitud, la Quietud, el Movimiento. En segundo lugar, consideran en sí misma la idea de lo honesto y lo bueno; de lo justo y lo injusto. En tercer lugar, advierten las ideas que tienen conexión entre sí, v.gr., la Ciencia, la Magnitud, la Dominación; y consideran también que las cosas que existen en nosotros suelen hacerse equívocas por su mutua coherencia. Por ejemplo, digo que son justas las cosas que participan de lo justo: honestas las que participan de lo honesto. Que cada una de estas especies es eterna, la percibe el entendimiento y está libre de toda confusión; por lo cual, dice, las ideas existen en la naturaleza como ejemplares; y otras cosas semejantes a éstas.
9. Ahora, pues, Epicarmo, acerca de lo bueno y de las ideas, dice:
- —¿Es el son de una flauta
- acaso alguna cosa? —Ciertamente.
- —¿Luego son de una flauta será el hombre?
- —De ninguna manera.
- —Vamos a demostrarlo:
- ¿Un flautista quién es?, ¿por quién lo tienes?