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LIBRO III.
- conmigo tu gallarda gentileza[1].
- Si esto no puede ser, tú, sin embargo,
- recibe la manzana, y considera
- cuán brevemente pierde su hermosura.
- Yo con esta manzana
- te hiero, mi Jantipa; a mí me hiere
- cualquiera que te quiera. Corresponde
- a mi querer, Jantipa; pues entrambos
- nos vamos consumiendo poco a poco.
Dicen que también es suyo el epitafio siguiente a los eretrienses, cogidos por asechanzas:
- Nosotros eretrienses,
- de Eubea originarios, junto a Susa
- hemos sido enterrados; ¡ah, cuán lejos,
- cuán distantes yacemos de la patria!
Suyo es también el epigrama siguiente:
- Venus dice a las musas:
- Honrad, niñas, a Venus, o Cupido
- armado volará contra vosotras.
- Mas ellas le responden:
- A Marte puedes ir con esas chanzas,
- Venus; pues a nosotras
- ese rapaz alado nunca llega.
Y aun éste:
- Habiendo un hombre hallado
- una gran suma de oro,